Un proceso sólido de mitigación de emergencias requiere cuatro componentes cruciales. La gestión de la red, la gestión del riesgo, la gestión del cliente y la gestión del trabajo se entrecruzan para configurar un marco de resiliencia.
Exploraremos algunas de las estrategias, tecnologías y mejores prácticas que permiten a las empresas de servicios públicos afrontar los retos de un mundo en constante evolución, garantizando que están preparadas para mantener la luz encendida y la seguridad de sus comunidades.